sábado, 6 de septiembre de 2014

Atar y Desatar


XXIII Domingo del Tiempo ordinario  A

Evangelio según san Mateo, 18, 15 - 20.
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos.  Si te hace caso, has, salvado a tu hermano.  Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos.  Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano.
Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.
Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo.  Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
 

Aquella mañana muy temprano, cuando el sol todavía no se había asomado al horizonte para su paseo diario, se acercó el discípulo al Maestro y le dijo a quemarropa:
 - Maestro, háblame del Evangelio de hoy.
 - Lo has leído ya? ¿qué te gustó más?
-  A mi me gustó mucho la ultima parte, sobre todo cuando dice: "porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, alli estoy yo en medio de ellos". ¿Significa esto, Maestro, que cuando tu y yo rezamos juntos, Jesús está presente? ¿quiere decir que en vez de dos somos tres? ¡Urra!
- Sí, contestó el Maestro, somos tres, y ¡qué fuerza cuando Jesús está con nosotros? Sabes lo que dicen los cursillistas (los que hacen los cursillos de cristiandad) ?
 - No, Maestro, no lo sé.
 - Jesús y yo = mayoría absoluta.
Pero esto es válido en otras muchas circunstancias, siempre que dos (o más, pero no hacen falta millones) se reúnen para orar. Cuando una familia, aunque reducida, ora, su hogar se transforma en el más grandioso - y sencillo a la vez - templo de la humanidad. ¿Y qué decir cuando los obreros del campo inician su faena con una oración? ¿Puede acaso la mente humana imaginar un templo más hermoso?
- ¿Y qué dices de las otras dos partes de hoy?
- ¡Cuáles?
- Pues aquello de cuando alguno de ofende, repréndelo a solas, si no hace caso, hazlo con un par de testigos, y solo después comunícalo a la comunidad-
- Resulta evidente que Jesús nos invita ante todo a la paciencia, a la discreción, al diálogo, a la misericordia.
Fíjate bien en la sentencia: "y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano". Es evidente que si después de tanto esmero y dedicación el rebelde sigue en su terquedad, hay que considerarlo persona ajena a la comunidad, siempre dispuesta a recogerlo con los brazos abiertos, si, como el hijo pródigo, recapacita y reconoce su error.
El evangelio en ningún momento sugiere - más bien todo lo contrario - que la comunidad lo entregue al brazo secular para que sea condenado y llevado a la hoguera, o entregado a la prensa para que sea despellejado.
La Iglesia ha asumido a lo largo de su historia, tareas de sustitución en el campo de la sanidad, de la educación y en otros ámbitos de la sociedad, y es justo que así sea mientras otras instituciones no se hagan cargo plena y correctamente, pues mientras haya un hermano que sufre Cristo sigue crucificado, pero con frecuencia ha olvidado que su fin último es la MISERICORDIA.
- ¿Maestro, y qué me dices de aquello de "atar" y "desatar"?
- ¡Uff! ¡Qué difícil me lo pones! Eso a la Iglesia le gusta mucho y lo usa con la destreza de un marinero. Pero no podemos hablar más alto porque le ha dado rango de dogma de fe.
El Maestro miró al horizonte, el sol todavía soñoliento empezaba a asomarse; el dia clareaba. Entonces dijo al discípulo:
 - Vamos a rezar laudes y hagamos de este bosque el templo más amplio y hermoso que exista en la faz de la tierra.

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