martes, 17 de noviembre de 2015

¿Jesús es Rey?


Solemnidad de Cristo Rey del Universo B

Evangelio según san Juan, 18, 33b - 37.
En aquel tiempo, dijo Pilatos a Jesús:
— ¿Eres tú el rey de los judíos?
Jesús le contestó:
— ¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mi?
Pilatos replicó:
— ¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?
Jesús le contestó:
— Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
Pilatos le dijo:
— Conque, ¿tú eres rey?
Jesús le contestó:
— Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.

- ¿Maestro, Jesús es rey?
 
El Maestro calló. Le seguía disgustando aquella manera poco delicada de saludar del joven discípulo; indudablemente era de la vieja escuela y le hubiera alegrado que el discípulo empezara diciendo algo asó como: “buenos días, Maestro, ¿cómo estás? ¿cómo te ha ido la semana? ¿hay alguna novedad?”, pero no, entraba a bocajarro en el tema y ¡adelante!. Había hecho el propósito de no amonestar al joven por este comportamiento, pues conocía su sensibilidad y que sufría horrores por estas pequeñas cosas. Probablemente era él, el Maestro, quién esta equivocado, pues para el discípulo esa no era la primera acción de la mañana. Se había levantado muy pronto y corrido durante una hora para llegar al lugar donde vivía el ermitaño, y todo ese tiempo lo dedicaba a reflexionar sobre el evangelio del día, por lo que el encuentro con el Maestro era tan solo la continuidad de su reflexión personal.  
 
El discípulo estaba habituado a los largos silencios del Maestro, pero al final se atrevió a preguntar de nuevo:
 
- ¿Maestro, Jesús es rey?
 
- Buenos días, amigo mío…
 
- Buenos días, Maestro. …
 
- Hay que afirmar rotundamente que Jesús es Rey, sobre todo porque Él mismo lo afirma: “Tú lo dices: soy rey”, pero hay que matizar muy mucho esta afirmación y esta festividad.
 
Empecemos por la festividad. La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de Marzo de 1925, y, con perdón de todos y desde mi modesto punto de vista no fue un  gran acierto, porque la experiencia humana sobre los reyes y realezas no es del todo  positiva.   Tanto si acudimos a la historia como a experiencias recientes, resulta que  muchos reyes son déspotas, prepotentes, opresores, explotadores de sus súbditos, y todo esto sin entrar en valorar la moralidad de  otras muchas de sus conductas.  Además ¿qué saben de reyes poblaciones que no conocieron regímenes monárquicos en su historia o aquellas que los han eliminado, casi siempre de manera muy violenta, hace ya siglos?
 
Lo cierto es que la Iglesia expone y defiende valores eternos con un lenguaje temporal, o lo que es lo mismo, la verdad permanece mientras que el lenguaje cambia. ¡¿Cuántos dogmas proclamados por la Iglesia en su día, son hoy totalmente ininteligibles por la mayoría de los mortales?!
 
Sí, Cristo es Rey, pero como Él mismo afirma su “reino no es de este mundo”; es toda otra cosa. Él es el Señor, pero ejerce su señorío de una manera peculiar:
 
*en la obediencia al Padre: “Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc. 22, 42), y Pablo lo escribe de una manera muy realista y te la cito entera porque la conoces muy bien, y además explica la auténtica realeza de Cristo: “Y así reconocido como hombre por su presencia, se humilló a si mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesús es Señor, para gloria de Dios Padre” (Fl. 2, 7b . 11).
 
* en el servicio sacerdotal a los hombres: “yo soy el Buen Pastor, que conozco a mis ovejas, y ellas me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas” (Jn. 10, 14), y cercana ya la Pasión Jesús ora diciendo: “Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para tu Hijo te glorifique a ti y, por el poder que tú le ha dado sobre toda carne, dé la vida eterna a todos los que les has dado …” (Jn. 17, 1,ss).  Una cita más de las muchas que podríamos leer esta mañana: “… el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos” (Mt. 20, 28).
 
* dar testimonio de la verdad.  Es el mismo Jesús quién después de afirmar:”Tú lo dices: soy rey” añade para que nadie se lleve a engaño: “yo para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad” . Permíteme un paréntesis,
 
- Sí, Maestro, te escucho.
 
- Pilatos, intrigado, preguntó: “¿Y qué es la verdad?” pero astuto, como era, se dio cuenta que no le interesaba escuchar la respuesta, por lo que se levantó y salió afuera, adonde estaban los judíos “. ¡Lástima que no haya quedado escuchando la respuesta pues toda la humanidad hubiera tenido a su alcance la definición más bella y precisa sobre la “Verdad”!.
 
Retomando el tema te diré que hay verdades, medias verdades, verdades relativas, pero una sola verdad absoluta: DIOS; y Jesús, siempre utilizando las verdades dio testimonio de la Verdad única y absoluta: DIOS, y además nos deja bien claro no solo que así obtendremos la plena libertad, sino que, además, nos indica el camino para alcanzarla: “si permanecéis en mí palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn. 8, 31 – 32). Por si acaso tuviéramos la tentación de preguntar, como Tomás, “…¿cómo podemos saber el camino?” Jesús nos respondería: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. (Jn. 14, 5 y 6).
 
Desde esta perspectiva hermenéutica, podemos afirmar con todo entusiasmo, Jesús es Rey para gloria y alabanza de Dios Padre.

 

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