miércoles, 28 de enero de 2015

A RIO REVUELTO ...


Cuarto Domingo del tiempo ordinario B

Evangelio según san Marcos, 1, 2 1 - 28.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
— ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.
Jesús lo increpó:
— Cállate y sal de él.
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salid. Todos se preguntaron estupefactos:
- ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

 
- Buenos días, amigo mío, te emplazo a que me expliques tú el evangelio de hoy.
 
- Maestro, ¡imposible! -he estado dando vueltas al tema durante todo el camino, pero no entiendo nada. Además el tema de “espíritus inmundos o demoníacos”, así como todos los temas de espiritismos, quiromancia, cartomancia y otras formulas esotéricas no me van. Insisto en que no entiendo nada y no creo en nada de todo eso.
 
El Maestro quería provocar a su joven discípulo, pero nunca se imaginó que saldría por el esoterismo. Sentía la obligación de salir de aquel jardín. Respiró hondo y siguió:
 
- tienes parte de razón, pero metes todo en un mismo saco, haciendo un popurrí muy indigesto. No pretendo esta mañana explicar estos temas, pero debo afirmar de manera muy rotunda que los malos espíritus – y también los buenos – existen y siguen cumpliendo su tarea en el mundo; otra cosa muy diferente es el espiritismo, y todo el mundo esotérico que es una gran mentira, abuso y, con frecuencia, fraude tanto moral como económico.
 
Pero vamos al grano. Yo destacaría tres puntos en el evangelio de este domingo que paso a enumerar:
 
1º - Les enseñaba con autoridad, no como los escribas”.  Me gusta la comparación. ¿En qué consiste la autoridad de Jesús? ¿era Él un autoritario? ¿Tenía Jesús tanto poder político o social que significara autoridad sobre sus oyentes. ¡En absoluto! Su autoridad no era exterior sino interior. Son muchos los elementos que configuran esa autoridad:
- creía y vivía lo que enseñaba. La verdad y la sinceridad eran expresión de su palabra;
-  la sencillez y proximidad con la gente. Jesús no era un filósofo ni un teólogo - ¡perdón! digo que no era un teólogo al uso, grandilocuentes, que hay que leer dos o tres veces para entender lo que dicen, sobre todo si es alemán, sino era sencillo,-       quería a su gente, se preocupaba por ellos, si tenían o no comida, curaba sus dolencias, acariciaba a sus niños – gesto copiado, por cierto, por papas y políticos – y les hablaba en su lenguaje: pescadores, pastores, labradores, señores y sirvientes y demás cosas parecidas;
- y, sobre todo, no era un mercenario de la palabra. No consta que pasara la bolsa después de sermones ni que fuera un asalariado. Eso convence y confiere autoridad.
 
2º - “¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.” Con frecuencia pensamos que este mundo es una balsa de aceite. Pues no. Este mundo es un mar a veces embravecido que amenaza a todos con tsunamis (maremotos u ondas sísmicas marinas) capaces de destruir todos los valores de nuestra civilización.
 
- Maestro, estoy confundido. No entiendo lo que dices y que relación tiene eso con los espíritus inmundos.
 
- Tienes razón, es difícil explicarlo, pero lo intentaré: ¿Crees que es casual la matanza de tantos cristianos en naciones como India, Paquistán,  Nigeria y en otros muchos pueblos del mundo? ¿Crees que es casual las fuertes corrientes laicistas que intentan a través de la burla, la mofa, y la blasfemia derribar los cimientos de la civilización occidental que costó tantos siglos en construir?  Detrás de todo esto hay grandes fuerzas del mal  con intereses espurios.
 
- ¿Qué intereses puede haber?
 
- De toda índole. Si en una sociedad de castas, alguien predica la igualdad y la fraternidad entre las personas, les desmonta el chiringuito; En una sociedad fuertemente machista una religión que afirme que ante Dios "ya no hay judío y griego,  esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gál. 3, 28) resulta muy incómoda; en una sociedad que propone la promiscuidad sexual, la droga, el aborto, el hedonismo y cosas similares una religión que invite a la auténtica libertad, a la capacidad de elegir y a la trascendencia es un escollo a eliminar. Piensa que a alimentar aquellas filosofías están grandes grupos y empresas internacionales, legales unas, ilegales otras, pero inmorales todas que sacan pingues ganancias. Ya sabes aquello de que “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Y para volver al inicio estos tales que hoy día atacan a los discípulos no son para nada inocentes, saben muy bien lo que hacen y por qué lo hacen: “¿Habéis venido a acabar con nosotros? Sabemos perfectamente quiénes sois: los seguidores d el Santo de Dios.”
 
3º - “Incluso manda a los espíritus inmundos y le obedecen”.  De una lectura literal de este texto, se podría concluir que la victoria del bien sobre el mal es ya una realidad, y no es así. En nuestro mundo siguen existiendo estas dos fuerzas antagónicas. Es cierto que Cristo con su muerte y resurrección ha vencido al mal, pero cada uno de nosotros tiene que conseguir su propia victoria. Tenemos que ser “buenos” porque lo elegimos, porque lo conquistamos día a día, no porque no nos quede otra opción. Somos libres y tenemos no solo la capacidad de elegir, sino donde elegir.
 
- Maestro, esto me parece un rollo.
 
- Pues sí, es un rollo, pero esta es la verdad.

martes, 20 de enero de 2015

TIEMPOS NUEVOS



Tercer Domingo del tiempo ordinario B

Evangelio según San Marcos 1, 14 - 20.
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio
de Dios. Decía:
—Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo.
Jesús les dijo:
—Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

 - Maestro, Maestro, dijo el discípulo apenas alcanzó el atrio  o espacio abierto que había delante de la cueva del ermitaño, el evangelio de hoy contradice el que hemos leído el domingo pasado.
El Maestro se alegró al ver que el discípulo había recuperado la espontaneidad de siempre, aunque su impulsividad le llevara a decir cosas desacertadas.
- ¿Por qué lo dices?
- Pues porque el domingo pasado leímos que Andrés estaba con Juan Bautista cuando pasó Jesús y lo siguió y después invitó a su hermano Simón, y hoy dice que los dos estaban juntos echando el copo en el lago, es decir, pescando.
- Son dos versiones diferentes pero no contradictorias, pero si te parece, hablamos de esto más tarde, porque …
- Sí, Maestro, como tú digas, interrumpió el discípulo.
- Yo creo que el evangelio de hoy, de San Marcos, tiene dos partes bien diferenciadas. En la primera parte Jesús presenta su misión o, si prefieres, su programa electoral: “se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio”. Jesús va directamente al grano, no engaña, no miente, no dice medias verdades que generalmente encubren grandes mentiras.
En nuestros tiempos comerciantes, predicadores, políticos, - y a veces hasta la misma Iglesia Católica, o por lo menos algunos de sus representantes, aunque hay que insistir que de todo hay en la viña del Señor, y aquí hay mucho bueno – vendedores de humo todos, nos ofrecen el oro y moro y después de lo dicho nada de nada o poco más. ¡Cuántas mentiras en los programas electorales! ¡Cuánto engaño en las ofertas comerciales sobre todo de las grandes empresas, que a veces rayan o sobrepasan el fraude! Jesús pone un título claro a su misión: “se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio”. Por delante queda toda una vida, muy corta por cierto, para explicar eso del “tiempo cumplido”, de “reino de Dios”, de “conversión” y de “Evangelio” o buena nueva. Pero, repito, el título es claro, inequívoco y no pretende defraudar a nadie. Sin ánimo de explicar este tema, tiempo habrá, solo subrayo el hecho de que efectivamente con Jesús, se alcanza una nueva época, tiempos nuevos, una nueva era, una nueva cosmogonía, o, por lo menos, una nueva manera de leer el tiempo y la historia.
La segunda parte es más complicada. A mí me sorprende, y siempre me sorprendió, la manera rápida y tajante de la respuesta de los apóstoles: “inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron” y “dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él”. Algunos dicen que esta manera de expresarse es tan solo una forma literaria, que los hechos no sucedieron exactamente así, que hubo más tiempo entre la llamada y la respuesta. Yo sinceramente, con el riesgo de que me cataloguen como integrista y radical, creo que las cosas sucedieron así o de una manera muy parecida. Jesús tenía en sí mismo, en su persona, una fuerza de atracción tal que resultaba atractivo y cautivador. La verdad, la sinceridad y, sobre todo la fuerza del Espíritu, resulta un imán para los que honradamente buscan eso: la verdad. Por eso hoy, dos mil años después, las personas de toda índole y cultura que despojadas de prejuicios se acercan a Cristo, descubren su rostro y cruzan con él sus miradas, lo dejan todo y lo siguen. Después vendrán las dudas, los altibajos – también los apóstoles los tuvieron ¡y cuántos! – pero ahí están mano a mano con el Señor, ayudando a los demás a descubrir esos tiempos nuevos.
El Maestro abrió el libro “Liturgia de las Horas” y se disponía a recitar laudes, pero el discípulo lo interrumpió:
- Maestro, no has contestado a mis dudas.
- ¿Cuáles?
- Las diferencias entre el evangelio del domingo pasado y este, y el seguimiento de Andrés y Simón a Jesús.
- ¡Ah ya! Creo que esto no tiene mayor importancia. Fíjate, los evangelistas no eran cronistas que iban con papel y lápiz detrás de Jesús para anotar todo lo que decía y mucho menos reporteros que van con sus máquinas de grabación de imagen y sonido para que no se les escape ningún detalle. Dos de ellos, Marcos y Lucas, ni siquiera eran discípulos, no estaban allí, y cuando, décadas más tarde deciden poner por escrito lo que se les han trasmitido para que no se pierda, intentan ser fieles al mensaje aunque no cuiden tanto el hecho histórico. Creo que aquí la relevancia está en el inmediato seguimiento de los apóstoles. Si me apuras mucho yo creo que la versión más auténtica es la de Juan, la que hemos leído el domingo pasado, sencillamente porque él es testigo directo, forma parte de su propia historia. Esto sin menoscabo de la versión de Marcos que hemos leído este domingo.
- Gracias, Maestro. Estoy listo para rezar laudes.
 

 

jueves, 15 de enero de 2015

LA SOLEDAD DE UN OCASO.



Segundo Domingo del tiempo ordinario, B

 

Evangelio según san Juan 1, 31 - 42.
En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:
  —Este es el Cordero de Dios.
  Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:

  —¿Qué buscáis?
  Ellos le contestaron:
  
 —Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?  

Él les dijo:
  - Venid y lo veréis.
 
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los ¿os que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
  - Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).
 
Y lo llevé a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
 
- Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).


 Era inverno. Había llovido de manera torrencial durante toda la noche. La cueva del Maestro rezumaba agua por todas partes. Había encendido una pequeña hoguera para calentar el ambiente y sobretodo para que el discípulo se pudiera secar, pues indudablemente llegaría empapado, como así fue.

- Buenos días, Maestro, dijo el discípulo asomando la cabeza en la cueva.

- Buenos días, amigo mío, entra y cierra la puerta, porque hace mucho frío.
-  No sé qué elegir, si el frío de fuera o el humo de dentro.

- No te preocupes, la leña está mojada y hace mucho humo, pero te irás habituando y te aseguro que cerca junto a la hoguera se está calentito y el humo es desinfectante.
Se sentó el discípulo al otro lado del fuego y notó lo agradable que resultaba el chispear de la leña y, de verdad, que cuanto más cerca estaba de la hoguera menos humo había; este iba hacia arriba y daba un par de vueltas por la celda hasta encontrar un agujero que en su día el ermitaño había practicado en el techo de su “casa”.

- Maestro, siguió el discípulo, el evangelio de hoy va de maestros, uno que termina su misión, Juan el Bautista, y otro que inicia la suya, Jesús, y los discípulos que pasan del uno al otro.
- Has resumido muy bien su contenido. Efectivamente es así. Pero permíteme que te analice este traspaso de poderes – este sí que fue un traspaso modélico y no otros – desde mi punto de vista.

- ¡Adelante, Maestro!

- Creo que cuando uno es joven como tú no lo entiende. Tú estás creciendo, cada día significa una nueva experiencia, vas abriendo capítulos, pero llegas a un momento en la vida en que empiezas a descender, a cerrar capítulos y a dejar paso a los demás y hay que ser muy equilibrado y muy generoso para afrontar este momento con madurez y Juan Bautista lo vivió de una manera admirable. A él se le había confiado una misión concreta: ser el Precursor, es decir, ir por delante, preparar el camino para que cuando llegara el Señor encontrara el terreno preparado, por lo menos algunos corazones asequibles.
Este encuentro con Jesús es el momento cumbre de su historia, la entrega de la antorcha, el momento del relevo. “Este es el cordero de Dios”, este es Él.  Esto puede parecer fácil pero no lo es. Sus discípulos tienen que seguir creciendo y lógicamente siguen a Jesús. Hagamos un ejercicio de empatía. Miremos a Juan sentado en una piedra viendo como Jesús se aleja, como sus propios discípulos le siguen y como, poco a poco, sus siluetas se pierden en el horizonte y, mirando alrededor, se topa con su soledad. Se levanta y, cabizbajo, se dirige hacia el desierto.

- Maestro, no lo había visto así, y me da mucha pena, pues veo que la vejez es muy triste.
- No necesariamente, depende de cómo lo vivas. Si quieres mantener las mismas actividades, el mismo poder, que tenías cuando eras joven, en definitiva, si permaneces agarrado al sillón, sufrirás mucho, pero si disfrutas de los dones que la vida te da en cada situación concreta, serás feliz, y sobre todo cuando puedes exclamar como Juan: “misión cumplida”. Y Juan, más allá del desgarro emotivo inmediato, tenía motivos sobrados para sentirse plenamente satisfecho. ¿Acaso existió alguien  en la historia que haya cumplido con mayor esmero y generosidad su misión?  NO. No sé por qué pero en este momento me viene a la mente un canto de Cesáreo  Gabaráin: “Al atardecer de la vida  me examinarán el amor”. ¿Qué nota pondríamos a Juan al atardecer de su vida?.

¡Ojalá, llegando a la madurez, pudiéramos decir parafraseando al profeta Simeón : “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque me hiciste, me preparaste para una tarea y la he realizado con toda la dignidad de que soy capaz y ahora me pongo en tus manos de Padre”
Pero el evangelio de hoy tiene una segunda parte; si por un lado contemplamos el ocaso de Juan el Bautista, por otro vemos el surgir de una nueva – y definitiva - comunidad: la de Jesús de Nazaret.

Quisiera analizar solamente dos detalles de las actitudes de los discípulos y lo haré de manera telegráfica:

1 -  la rapidez con que siguen al nuevo Maestro. Cabe pensar que también a ellos se les rompió el corazón tener que abandonar a Juan, pero la sequela Christi  (seguimiento de Cristo) supone siempre la ruptura de muchas ataduras;

2 – la inmediata evangelización. Han tenido la gran suerte de encontrar al Mesías, al que todos de una manera o de otra esperaban, y no pueden callárselo,  sino comunicarlo a los demás, empezando, tenlo en cuenta, por los suyos, por los miembros de su familia. Seguro que esto es algo más que una casualidad.
- Si, Maestro, lo tendré en cuenta.

- ¡Ale! Recemos Laudes. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

. Amén.
Dios mío, ven en mi auxilio.
- Señor, date presa en socorrerme. 

 

jueves, 8 de enero de 2015

EL PADRE ES EL NOTARIO MAYOR DEL REINO


Fiesta del Bautismo del Señor B

Evangelio según san Marcos, 1, 7 - 11.



En aquel tiempo, proclamaba Juan:
— Detrás de mi viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.

Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo:
— Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.

 - Buenos días, Maestro.
- Buenos días, amigo mío,
En seguida se percató el Maestro que uno de los compromisos de año nuevo de su discípulo era “guardar las formas”. ¿cuánto le duraría?, tampoco importaba mucho; lo verdaderamente importante era que su joven discípulo seguía creciendo y, con ocasión de nuevo año, se había fijado nuevas metas, hecho nuevos propósitos.
- ¿Maestro, por qué la liturgia coloca a continuación de la Epifanía la celebración del Bautismo del Señor? ¿No es demasiado rápido?
- Hay muchas razones. Ante todo piensa que toda la vida, milagros y enseñanzas de Jesús viene condensada en un año o ciclo litúrgico, así que hay que abreviar necesariamente, pero creo que hay otra razón de carácter psicológico. El ciclo Navideño es muy importante, ¿qué duda cabe?: el Dios Eterno y Omnipotente se hace hombre y se presenta ante los hombres, sean esos pastores, nómadas, pobres y analfabetos, o magos, hombres ricos y de ciencia, capaces de leer el cosmos, como un niño pequeño, aparentemente indefenso, necesitado de cariño y de protección.
Esta imagen despierta en nuestro corazón sentimientos de ternura  y hasta de conmiseración. Pero tenemos que despertarnos y darnos cuenta que Jesús no es solo el niño de Belén, sino el adulto que predica, que realiza milagros, que ama, que sufre, que muere y que resucita. En definitiva que nos salva.
Debemos mantener en nuestra memoria la imagen de Belén como dulce recuerdo, pero nuestra atención debe de estar en lo que dice y en lo que hace, como estaban las multitudes que lo seguían o como estaba María, sentada a sus pies en el hogar de Betania.
- ¿Entonces esta fiesta del Bautismo del Señor no tiene nada que ver con el tiempo navideño que acabamos de vivir?
- Es una fiesta puente entre la Navidad y el resto del año. Intentaré explicarme: Jesús había sido acogido y objeto de admiración por parte de muchas personas: sus padres, los ángeles, los pastores, los magos, los profetas Simeón y Ana, etc. pero faltaba la confirmación del Padre. El Padre era el notario encargado de validar la persona de Jesús, como Hijo de Dios, y por consiguiente autentificar todo su ministerio: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”, aunque a mí me gusta más la versión de Mateo. “Este es mi Hijo amado, en quién me complazco” (Mt. 3, 17).
- ¿Por qué le gusta más la versión de Mateo?
- Es evidente que en las versiones de Marcos y de Lucas  todos los presentes perciben el milagro y oyen la voz, pero esta se manifiesta como un diálogo personal e intimo entre el Padre y Jesús: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”, Es como una confirmación personal, como si Jesús no supiera hasta entonces, o dudara, de quién era. Por el contrario en la versión de Mateo la voz se dirige a los presentes – y a todos nosotros –: "escuchad bien todos los que buscáis la verdad: “este es mi Hijo amado, en quién me complazco”. Más allá de un diálogo personal en el Bautismo de Jesús en el Jordán el Padre lo presenta a la humanidad como lo que es: el Hijo de Dios.
Y de aquí el segundo apoyo de este puente: contemplad con cariño y veneración la imagen del Niño Jesús en Belén, pero sobre todo seguid, escuchad y venerad al Jesús de Nazaré, al predicador incansable, al fustigador de los poderosos, fueran políticos o religiosos, de los cobardes y usureros, de los aprovechados y engreídos, al amigo de los pobres, cercano a los enfermos y pecadores y que no tenía reparo en ensuciarse la manos con barro hecho con la propia saliva si con ello devolvía la vista a un ciego.
Este es el Jesús que vamos a seguir a partir y este domingo y durante el resto del año litúrgico.
- Amén, dijo el discípulo.
 
El Maestro lo miró y sonrió. Cierto que tenía que cuidar un poco sus modales, pero ahora se estaba pasando …

viernes, 2 de enero de 2015

La PALABRA


Segundo Domingo de Navidad.B

 
Evangelio según san Juan, 1, 1 - 18.
En el principio ya existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
La Palabra en el principio estaba junto a Dios.
Por medio de la Palabra se hizo todo,
            y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho.
En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan:
éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz,
para que por él todos vinieran a la fe.
No era él la luz, sino testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre.
Al mundo vino, y en el mundo estaba;
el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios,
si creen en su nombre.
Estos no han nacido de sangre, ni de amor carnal,
ni de amor humano, sino de Dios.
Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros,
y hemos contemplado su gloria:
gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo:
«Éste es de quien dije:
"El que viene detrás de mí pasa delante de mí,
porque existía antes que yo."»
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés,
la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás:
Dios Hijo único, que está en el seno del Padre,
es quien lo ha dado a conocer.
 

 - Buenos días, Maestro, dijo el discípulo al llegar donde estaba el ermitaño. Hoy, segundo domingo de Navidad, nos encontramos en el evangelio con el Prólogo de San Juan; a mi me gusta mucho.
 
- Y a mí también. ¿Por qué no hablas tu hoy y yo escucho? Prometo que lo haré gustosa y respetuosamente.
 
- No, Maestro, por favor, no me hagas eso. En primer lugar yo vengo junto a ti para escucharte, y si me constriñes a hacerlo, me sentiré como en un examen, y no vengo para sufrir sino para gozar escuchándote.
 
El ermitaño se echó a reír y el discípulo añadió:
- Es una de las páginas del Nuevo Testamento, juntamente con algunos himnos de las cartas paulinas, que más me gustan desde el punto de vista literario; es auténtica poesía. Pero me gustaría hacerte algunas preguntas para aclarar o confirmar algunos conceptos.
- De acuerdo, puedes preguntar, pero yo contestaré lo que el texto me sugiere. Este prólogo es de un profundo contenido teológico, y yo no soy teólogo. Te aconsejo que más allá de lo que yo pueda decirte, busques algún teólogo de verdad o, mejor aún, o leas a los Padres de la Iglesia.
- Muy difícil me lo pones, así que, sin más dilaciones, ahí va la primera pregunta: ¿por qué le llamamos “prólogo”?
- Porque efectivamente es un prólogo. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española  prólogo es el ”texto preliminar de un libro, escrito por el autor o por otra persona, que sirve de introducción a su lectura”; es decir, es como una presentación de la obra anunciando su contenido, motivaciones que lo llevaron a escribirlo, organigrama, etc.. Cuando va escrito por terceras personas suele valorarse el contenido y el estilo del mismo y, con mucha frecuencia, un exagerado elogio del autor.
En este sentido quiero, antes de que me formules más preguntas, explicar dos cosas:
* Primera. Juan presenta en 18 versículos de manera resumida y en un texto espléndido toda la doctrina que desarrollará a lo largo de los 21 capítulos de su evangelio.
* Segunda. Afirmamos, y así fue desde el principio a pesar de las múltiples herejías que fueron surgiendo a lo largo de los tiempos, que Jesucristo era verdadero Dios y verdadero hombre. Ahora bien, cuando Juan escribió su evangelio eran ya conocidos los sinópticos, y como, sobre todo, Mateo y Lucas dan todos los datos históricos de su humanidad: hijo de María, esposa de José y como ofrecen el árbol genealógico hasta llegar al mismísimo Adán, Juan, en un texto no contradictorio sino complementario nos ofrece la otra cara de la misma moneda, su divinidad: Jesús es Dios y, al mismo tiempo, hijo de Dios: “En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios”.
- ¿Y por qué Juan presenta a Jesús como la Palabra?
- Empiezo con una aclaración: muchas traducciones, entre ellas la versión oficial de la Conferencia Episcopal Española en vez de “Palabra” utilizan el término “Verbo” más próximo al latino “Verbum” y muy arraigado en la tradición religiosa española, pero es evidente que los dos términos, Palabra y Verbo, son sinónimos. ¿Por qué? Yo te contestaría con otra pregunta: ¿para qué sirve la palabra?
- La palabra sirve para que las personas se comuniquen, se relacionen entre sí, conozcan sus sentimientos, anhelos y esperanzas etc. No es la única forma de comunicación, pero es, desde luego, la más común.
- Pues por eso, Jesús es la palabra del Padre, su manera de comunicarse con la humanidad y de manifestarnos sus sentimientos, sus anhelos y esperanzas, pero, sobre todo, su ternura y su misericordia. Para eso la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”.
 
- Perdona una pregunta retórica: ¿dio el resultado deseado esta encarnación?
 
- Pues solo a medias; de hecho el mismo texto que has leído dice: Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre”. O sea que no, pero sí, es decir, aunque los suyos no le recibieron, hay excepciones, y los que le reciban serán “hijos de Dios”.
- Dios no se había comunicado antes con su pueblo?
- Sí, claro. Toda la Historia de la Salvación es una tentativa de Dios de comunicarse con su pueblo, un continuo crear puentes, puentes que muy frecuentemente venían derribados por los mismos hombres a los que pretendía salvar. Y ya, como última medida, y jugándoselo todo a una carta, como nos explica en la parábola (cfr. Mt. 21, 33 – 39) nos envió a su hijo, y el resultado es de todos conocido.  El autor de la carta a los Hebreos describe esta experiencia de una manera magistral: “En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo. Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser” Heb. 1, 1 – 3).
- Maestro, tendría todavía muchas preguntas, pero …
- Pero se ha hecho tarde y tienes que marcharte. ¡Que Dios te bendiga!