martes, 12 de julio de 2016

EN BETANIA


Decimosexto Domingo del tiempo ordinario  C



Evangelio según san Lucas, 10, 38 - 42.
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
— Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.
Pero el Señor le contestó:
— Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.



Aquella mañana de domingo cuando el Maestro salió de su cueva el discípulo ya estaba sentado en su sitio de costumbre. Se levantó y con una sonrisa de oreja a oreja dijo:
- Buenos días, Maestro, ¿¡eh! hoy se le han pegado las sábanas?
El Maestro hesitó un poco al contestar, pues llevaba mucho tiempo levantado, había rezado el Oficio de lecturas, hecho su oración personal, sus ejercicios gimnásticos, y, además, no tenía sábanas; pero optó por encajar la broma de su amigo, y contestó:
- Es que la comodidad de esta suite, la música ambiental y las sábanas de seda natural me han provocado un sueño profundo; tenía mucha pereza de levantarme.
El joven soltó una carcajada, el anacoreta sonrió y aquel volvió a la carga:
- ¿Maestro, conoces Betania, ¿es bonita?
- El lugar que tienen los PP. Franciscanos donde se recuerda los relatos evangelios referentes a esta aldea, la iglesia, los restos arqueológicos contemporáneos a Jesús, el jardín, etc. es verdaderamente bonito, el resto del pueblo, como casi todos los pueblos próximos, deja mucho que desear.
- ¿Y el relato que nos ofrece la liturgia de hoy?
- El relato en sí es maravilloso, pero del punto de vista histórico tiene bastantes lagunas. Me explico.
- Sí, Maestro, explícate.
- Como te he dicho muchas veces no soy exegeta, y lo que te pueda decir es pura intuición.
Lucas hace un extracto con fines catequéticos de un hecho histórico, pero obviando muchos detalles.
- ¿Cuáles?
- Según la narración en Betania vivían dos hermanas, Marta y María, e invitaron a Jesús a comer. Marta preparaba la comida y María escuchaba a Jesús. Yo formulo varias preguntas: Toda familia  que se preciara se fundamentaba en un varón, ¿dónde estaba Lázaro?, ¿hubiera ido Jesús a comer, sólo, con dos mujeres? El evangelio dice: “Yendo ellos (Jesús y sus discípulos) de camino, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa”, y yo me pregunto: ¿los apóstoles comieron de bocadillo o fueron al restaurante más cercano?  y, por último, el texto dice: “Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios”. ¿Significaba tanto trabajo para una ama de casa de aquella época preparar la comida para tres personas?
Partiendo de estas preguntas yo formulo una historia alternativa: en una aldea llamada Betania había una familia formada por lo menos por tres hermanos, Lázaro, Marta y María. Eran amigos y seguidores de Jesús, de manera que cuando este y su “pandilla” pasaban por allí, a camino o regreso de Jerusalén, como además pasaba con algunas otras familias, se paraban en su casa, por lo que preparar comida, por muy sencilla que fuera para unas dieciséis personas, requería el esfuerzo de las dos mujeres. De ahí que Marta se sintiera indignada con su hermana por no colaborar en el trabajo doméstico.
- De acuerdo, Maestro, estoy de acuerdo con tu versión, pero ¿cuál es el mensaje del evangelio de hoy?
- La traducción del texto griego es perfecta: “María ha escogido la parte mejor”, pero ha servido para crear, creo que injustamente, un cierto clasismo en la Iglesia y de manera muy especial en la vida religiosa; en primer lugar la vida contemplativa y después los religiosos de vida activa. Pero cuando leo “Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme. … cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt. 25, 34 – 40), entiendo que el servicio a los hermanos – figurada en Marta en el relato – es también de gran valor.
Humildemente entiendo que Jesús no pretende crear una jerarquía de valores: primera clase o businees, segunda clase o turista y los polizones, no. Pero nos indica el camino, lo que hoy se llama “hoja de ruta”: toda vocación es válida, interesante y necesaria, pero para ser efectiva tiene que partir de un lugar común: la escucha, la reflexión y la interiorización de la Palabra, y después, solo después, se debe lanzar a la vocación específica.
- ¿Pretendes decir que María no es que haya elegido lo mejor, sino lo primero o principal?
- Algo sí, pero no en oposición al trabajo de Marta.


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