martes, 17 de febrero de 2015

CUARESMA



Miércoles de Cenizas B

Evangelio según san Mateo (6, 1 - 6 . 16 - 18):
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
 
- Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensara.
 

 
 Miércoles de Ceniza. El Maestro, como solía hacer cada mañana que el clima permitía salió de su cueva para practicar  sus ejercicios físicos y hacer alguna oración no reglamentada de alabanza y de acción de gracias. El oficio de Lectura solía  rezarlo en la madrugada dentro de su celda a la luz de una vela, salvo algún día de luna llena en las estaciones cálidas.Cuando llegaba este tiempo siempre tenía algún conflicto. Para acatar la disciplina eclesiástica debía hacerse un proyecto de penitencia, sobre todo, de ayuno y abstinencia. Cuanto al ayuno, ya estaba fuera de la edad canónica, pero su menú diario era tan frugal que, comparado con lo mandado, hacía ayuno todos los días del año, y cuanto a la abstinencia, lo mismo. Se alimentaba casi exclusivamente de las verduras, frutas, legumbres, y demás cosechas de su pequeño huerto. También tenía dos colmenas provenientes de un enjambre que se había colgado, años ha, en un ramo del manzano de su huerto. Disponía de una media docena de gallinas que de vez en cuando le regalaban algún huevo y, por último, también de dos cabras que le prestaba un pastor que apacentaba su rebaño por aquellos  parajes, con un acuerdo especial. Nuestro ermitaño cuidaba de los animales, pudiendo disfrutar de la leche para su sustento y del estiércol para su huerto y entregaba al pastor las crías cuando estaban en edad de destetar. Es cierto que podría hacer ayuno total, es decir, no comer nada durante todo el día, y si se lo proponía, lo conseguiría, pero pensaba que esta actitud podría mermar todavía más su salud, por lo que renunció a esta idea. Tomó la decisión de prescindir durante todos los días penitenciales de cuaresma, es decir, miércoles de ceniza y todos los viernes, de la fruta, de la leche y del queso y de la miel y de reducir todavía a la mitad el resto del menú.En estas estaba cuando vio que se acercaba el discípulo,  se quedó muy sorprendido por aquella visita no programada puesto que iba solo los domingos.  Se quedó erguido mirando el sendero mientras la figura del joven se hacía cada vez más nítida.
 - Buenos días, amigo mío, ¿qué haces por aquí?, hoy no es domingo.
 - Buenos días, Maestro, no es domingo pero es miércoles de ceniza y quisiera iniciar esta cuaresma rezando laudes contigo y pidiéndote que me expliques que es la penitencia cuaresmal, la ceniza, el ayuno y la penitencia.
 - ¿Por dónde empezamos? Preguntó el Maestro.
 - Por el principio, quiero decir,  por la Cuaresma.
 - Pues Cuaresma viene del latín “quadragesima dies” que traducido libremente significa: cuarenta días, y este es precisamente el tiempo que nos separa del Jueves Santo, cuando inicia el triduo pascual y es un tiempo “fuerte” . Vamos a ver si consigo explicarme. Como te dije al iniciar el Adviento,  necesitamos romper la inercia y la rutina. Hace falta de vez en cuanto hacer un STOP y mirar alrededor y preguntarnos de dónde venimos y hacia donde queremos ir, y este tiempo de cuaresma pretende precisamente que paremos, reflexionemos y aportemos a nuestro proyecto las correcciones necesarias para seguir en la vereda. Creo que ese es el verdadero sentido de la penitencia, cortar los excesos, enmendar  las desviaciones y reconducirnos al camino. No creo en absoluto que penitencia signifique el sufrimiento por el sufrimiento, es decir, un sufrimiento estéril; el alinear la propia vida con el mandato del Señor, despojándote de ti mismo y dándote a los hermanos es ya suficiente penitencia. Ahora bien, no por eso carece de importancia la penitencia reglada como por ejemplo el ayuno y la abstinencia.
 - Maestro, háblame primero de la liturgia de hoy, miércoles de ceniza.
 - La Iglesia, siguiendo un antiquísimo rito impone hoy un puñadito de cenizas en la cabeza de los fieles.
 - ¿Por qué cenizas?
 - Es un gesto que aparece repetidamente en el Antiguo Testamento. Te voy a dar algunas citas por si quieres ir a buscarlas: Ez. 27, 30; Jer. 6, 26; Job, 42, 6; JON. 3, 6: Jdt, 4,11 y 9,1. En todos estos casos y en otros muchos el hombre reconoce su pequeñez, su insignificancia e implora la fuerza de Dios para una acción concreta o para recuperar su dignidad.  La ceniza es el polvo más estéril que existe, el fuego ha eliminado todo rastro de vida. El Génesis (2, 7) dice que Dios modeló al hombre del polvo del suelo y insufló en él aliento de vida. Algunos padres de la Iglesia dicen que ese polvo era precisamente de ceniza y otros dicen que quizás que se trataba de tierra del desierto, igual de estéril y cercana a la experiencia de los israelitas. De todas maneras está indicando que lo que hay de materialidad en el hombre es absolutamente estéril. La vida, la inteligencia y todas las facultades que disfruta proviene de ese soplo que Dios le insufló.  Recibir las cenizas es pues resituarse en la historia, pero al mismo tiempo una acción de gracias. Con ello proclamo lo que muchas veces hemos cantado:

yo no soy nada y del polvo nací,
pero tu me amas y moriste por mi.
ante la cruz solo puedo exclamar
"tuyo soy, tuyo soy".
toma mis manos, te pido,
toma mis labios, te amo,
toma mi vida, oh padre
tuyo soy, tuyo soy.

 

En definitiva sin Él nada, con Él todo.
Por último quería señalar que hay dos frases rituales a elegir:
La primera y la más antigua es la de “memento, homo, “quia pulvis es, et in pulverem reverteris” que en la liturgia en español se traduce como “acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás” que procede de la frase de condena que el Señor Dios hizo a Adán cuando le expulsó del paraíso (Gn. 3, 19). Es una frase un tanto tremendista y escatológica; la segunda: “convertíos y creed el evangelio” es mucho más pastoralista: es una invitación suave  a la conversión, sin acudir a los temores y a los miedos atávicos.  Procede, como recordarás, del inicio de la predicación de Jesús (Mc. 1, 15).
- Resulta evidente, Maestro, que a ti te gusta mucho más la segunda fórmula.

- Pues no te lo creas. Me gusta más la primera, porque es más explicativa. Las palabras dan contenido inmediato al gesto ritual. Pero cambiamos de tercio. Es muy tarde y debemos continuar nuestras respectivas tareas. Así que seguiremos hablando el próximo domingo.
 
- Maestro, si te parece, vengo el viernes y me hablas del ayuno y de la penitencia, y así el domingo ya hablaremos del Evangelio.
 
- Como quieras.

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