martes, 2 de mayo de 2017

Él va delante


Cuarto Domingo de Pascua A

Evangelio según san Juan, 10, 1 - 10.
En aquel tiempo, dijo Jesús:
- Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
- Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.


Aquella mañana, sentados cada cual en su lugar, estando el ermitaño, como distraído, contemplando el horizonte, le dijo el discípulo:
- Maestro, háblame del Evangelio de hoy, háblame del Buen Pastor.
- Estamos en el cuarto domingo de Pascua - empezó el eremita - y la Iglesia nos presenta cada año la figura del Buen Pastor, catequesis que el evangelista Juan nos narra en el capítulo 10. La narración completa la tendremos a lo largo de los tres ciclos.
 Este año, ciclo A, tenemos los primeros 10 versículos, algo así como el preámbulo a la afirmación central, "YO SOY EL BUEN PASTOR", versículo 11 que retomaremos el próximo año.
La imagen que les propone Jesús en absoluto era desconocida para sus oyentes, pues la figura del pastor estaba muy arraigada en la cultura hebrea.
Algunos datos:
1º - Pastores fueron las grandes patriarcas:
* "Abrahán, era muy rico en ganado, plata y oro (Gn. 13, 2), inclusive se ve obligado a separarse de su sobrino Lot, porque eran tan numerosos los rebaños de ambos que provocaban continuas disputas entre los pastores del uno y del otro (cfr. Gn. 13, 1 - 13).
* Moisés, si bien fue educado en el palacio del faraón en Egipto, también ejerció "pastoreando el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios" (Ex. 3, 1) y allí estaba cuando el Señor se le apareció en la zarza ardiendo conminándole a regresar a Egipto y a liberar el pueblo hebreo allí esclavizado.
* David, el gran rey David, el hijo menor de Jessé estaba cuidando el rebaño, y así lo afirma su padre cuando Samuel, desilusionado por no encontrar entre los siete hijos mayores al elegido del Señor, le pregunta: "¿se acabaron los muchachos?", él le contesta un tanto decepcionado: "queda el pequeño, que precisamente está cuidando las ovejas" (1ª Sam. 16, 11).
A todo esto hay que añadir que durante cuarenta años los hijos de Israel vagaron por el desierto cuidando sus rebaños, y solo cambiaron a la vida sedentaria cuando, conducidos por Josué, conquistaron la ciudad de Jericó (cfr. Jos. 6, 21) y todo el valle del Jordán.
2º - Además también el término "pastor" en sentido figurado había calado hondamente en la cultura hebrea con dos vertientes bien determinadas:
* por un lado venían reconocidos como "pastores" todos aquellos que dirigían al pueblo de Israel tanto política como religiosamente, y que no siempre vienen citados con palabras halagüeñas.
Ya Moisés cuando pretendía nombrar un lugarteniente que le ayudara y en su día le sustituyera, rezó al Señor diciendo: "Que el Señor, Dios de los espíritus de todos los vivientes, nombre un jefe para la comunidad, uno que salga y entre al frente de ellos, que los lleve en sus entradas y salidas. Que no quede la comunidad del Señor como rebaño sin pastor" (Num. 27, 17).
Pero quizás lo más explícito sea el profeta Ezequiel; todo el capítulo 14 es una alusión  a los pastores de Israel que no apacientan sus ovejas sino que se aprovechan de ellas. Dicho capítulo empieza así: "Hijo de Adán, profetiza contra los pastores de Israel, profetiza diciéndoles: ¡Pastores!, esto dice el Señor ... " (Ez, 34, 1, ss).
* Pero el auténtico pastor de la casa de Israel, el que mima a su rebaño y no se aprovecha de él es el Señor; este concepto viene manifestado con máximo esplendor en la lírica veterotestamentaria por excelencia que son los salmos. Te cito algunos pasajes:
"Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro,
porque Él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo,
el rebaño que Él guía". (Sal. 95, 7)
"Sabed que el Señor es Dios:
 que Él nos hizo y somos suyos,
 su pueblo y ovejas de su rebaño (Sal. 100, 3)
He dejado para el final, y sé que lo echabas en falta, el más característico y más conocido de todos, oración de confianza que seguimos rezando hoy la mayoría de creyentes: el salmo 23.
"El Señor es mi Pastor, nada me falta:
 en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
 y repara mis fuerzas;
 me guía por el sendero justo,
 por el honor de su nombre.
 Aunque camine por cañadas oscuras,
 nada temo, porque tu vas conmigo:
 tu vara y tu cayado me sosiegan.
 Preparas una mesa ante mí,
 enfrente de mis enemigos;
 me unges la cabeza con perfume,
 y mi copa rebosa.
 Tu bondad y tu misericordia me acompañan
 todos los días de mi vida,
 y habitaré en la casa del Señor
 por años sin término".
Después de un largo silencio dijo el discípulo:
- Una larga introducción, Maestro, pero háblame, aunque sea brevemente, del fragmento del evangelio que leemos este domingo.
- Intentaré ser escueto a partir de ahora. Jesús es el Buen Pastor.
Los insignes biblistas  Juan Mateos y  L. Alonso Schökel, en la "Nueva Biblia Española" traducen esta afirmación como "yo soy el modelo de pastor". Respeto estos dos biblistas y la obra citada me ha acompañado durante muchos años y sigue siendo la que mayormente utilizo en la actualidad pero creo que en este punto no han estado acertados.
Jesús es el modelo de pastor pero aquí está afirmando mucho más que eso: está uniendo el "Yo Soy" del Monte Horeb (Ex. 3, 14) con el pastor del Salmo 23, que traducido a un lenguaje inteligible dice: Yo soy el Dios de Israel, el Dios de vuestros padres, pero no soy un dios déspota, ni terrible, ni lejano; soy un Dios que cuida, mima, protege y, sobre todo, ama a su rebaño, conoce a cada una de sus ovejas y las llama por su nombre.
Solo una cosa más ...
- ¡Adelante! Te escucho, Maestro.
- En el texto que proclamamos hoy una afirmación que me llama poderosamente la atención, por lo inusual de su contenido: "cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas". Digo que es inusual porque la experiencia me indica lo contrario; siempre he visto a los pastores ir detrás del rebaño, controlando que no se quede ninguna rezagada y empujar a las que son lentas. Jesús no es así: Él va delante, abriendo camino, desbrozando el terreno, eliminando obstáculos. Y los que le siguen lo harán en plena libertad, fiándose de Él, siguiendo su voz; nadie los empujará.  Ese "ir delante" encuentra una magnífica interpretación en San Juan: "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, ... Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero 1ªJn. 4, 10 . 19).
Él, el Buen Pastor, el Auténtico Pastor, el Único Pastor siempre va delante: Él nos amó primero.

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